miércoles, 10 de marzo de 2010


JOSE VASCONCELOS

Don José Vasconcelos Calderón, nació en el Estado de Oaxaca el 28 de febrero de 1882. Hizo estudios de derecho en la Universidad Nacional obteniendo el titulo de abogado. En 1908 se unió al movimiento revolucionario de Francisco I. Madero, opuesto a la dictadura del general Porfirio Díaz.


Al triunfo de la revolución mexicana fué nombrado Rector de la Universidad Nacional en 1920. Poco después ocupó el cargo de Secretario de Educación del Gobierno Federal, desde donde emprendió una basta reforma del Sistema Educativo Nacional y le dio un fuerte impulso a la cultura nacional rescatando sus valores populares y sociales.


Despues de 1924 paso a la oposición y presento su candidatura primero a la gubernatura del Estado de Oaxaca y mas tarde a la presidencia de la Republica. En ambos procesos se vió afectado por prácticas antidemocráticas.


Un escritor prolífico en la primera parte de su vida cultivó el ensayo historico y filosofico. Después de las elecciones presidenciales de 1929, redactó y publicó cuatro libros que son su crónica autobiográfica: "Ulises Criollo", "La tormenta", "El Proconsulado" y "La Flama". Estuvó desterrado de México y regresó en 1940 para ser Director de la Biblioteca Nacional.


Antes de morir en la ciudad de México el 30 de junio de 1959, público sus últimas obras: "Lógica Orgánica" y "Todología". Don José Vasconcelos es, sin duda alguna, uno de los intelectuales más importantes de México.


Es el intelectual mexicano quien proyectó dotar nuestro país de un sistema educativo y de un marco cultural adaptado a las circunstancias nacionales, abierto a todos. siempre consideró que la cultura era un mecanismo reinvidicador de la raza, y creyó en el mexicano que puede conquistar el espíritu, el intelecto y la grandeza.


La visión científica-humanista está presente en su proyecto educativo, donde no rechaza el afán científico del positivismo, pero sí rescata e instituye en las universidades el estudio de las humanidades, en sus términos dice:


Fue barbarie de la época positivista excluir de las Facultades el estudio de las Humanidades. Pero sería ceguera dejar al filósofo sin conocimiento somero de las hipótesis atómicas y la teoría del cuanto... Filosofía que atiende a las conclusiones de la ciencia empírica, es la única posible en la América que fue positivista...


Vasconcelos se refiere al trato que se le dará a la realidad física, ese trato será empírico, no silogístico; para el estudio del espíritu o del ser, se aplicarán disciplinas como la metafísica.
Nuestro intelectual mexicano dejó una tarea al filósofo, que es crear una concepción del universo, apoyado en las ciencias especiales, para tener sus conclusiones y así consumar la concepción total de la realidad.


Nos previene del uso utilitario de la ciencia, que conlleva una concepción parcial de la realidad:

“Usando el dato científico a lo Bacón, es decir, con fines exclusivamente utilitarios, se conquista poder relativo sobre las cosas, pero no se llega a construir pensamiento generalizador, ni sentido filosófico de la existencia”.


La tesis central de Vasconcelos es que la ciencia es una parte de la filosofía, porque ésta existía antes de la ciencia y su campo de acción va más allá de lo que pretende la ciencia.


A manera de conclusión de este apartado, diré que para Vasconcelos el currículum formativo del hombre iberoamericano es el binomio ciencia y filosofía. La ciencia investiga las condiciones de la producción de los fenómenos y la filosofía, crea una concepción del universo, una concepción realista, apoyándose en la ciencia.


La teoría educativa de Vasconcelos buscaba el desarrollo espiritual del hombre, en contraposición a la visión pragmática y material de la civilización sajona.


La educación debía de dar al educando cierta especialización técnica, que le permitiera ganarse la vida, pero debía trascender más allá, es decir, proporcionarle una visión general del mundo invisible a los sentidos, que se aprecia con el intelecto y que está conformado por valores que están más allá de lo práctico y lo empírico.


Vasconcelos rechaza al racionalismo, cuyo interés central será la idea; y abraza el misticismo que se interesa por el espíritu que es el que engendra la idea.


Este pensador mexicano encontró en el análisis del pitagorismo la posibilidad de fusionar lo material con lo espiritual, su visión es que todas las cosas se desarrollan con una energía interna, como una música y que la esencia de todas las cosas la constituye cierto ritmo.


Vasconcelos planteó con toda seguridad que por medio de la educación y la cultura, los mexicanos tomarían conciencia de sus problemas internos, y los trascendería en soluciones inmediatas, hasta la conformación de un hombre nuevo: el hombre Iberoamericano, de ahí la necesidad de promover una cultura nacional y popular con acceso a todos los mexicanos.


La educación la consideró como el motor que genera conciencias, y además la que despierta el espíritu: “La verdadera novedad consistió en concebir la educación como una palanca para remover conciencias, como un despertar del mexicano, que se realizaría no sólo por la experiencia escolar, sino por la difusión de la cultura, de los libros”.


El importante papel que designa Vasconcelos a la educación, es el de rescatar al hombre de la ignorancia, el hacerlo libre mentalmente. Mediante la educación y la reflexión, el hombre descubre la verdad y alcanza la redención del espíritu. “La verdad y la belleza lo guían hacía su realización integral”.


Su proyecto educativo, pretendió producir un mexicano con una visión nueva, que tuviera como fundamento la esencia de la patria, que conociera sus raíces hispánicas e indígenas, y que a partir de esta toma de conciencia expresara todo lo humano en constantes maneras de superación.


Con relación al mejor método para conseguir los logros de la educación, Vasconcelos recomienda adoptar el más sencillo, el que sigue la realidad del saber en su desenvolvimiento natural e histórico: la deducción. “No hay educación sin un concepto general del mundo. El educador encontrará en su filosofía, el punto de partida de su pedagogía”.


El proyecto educativo de Vasconcelos es audaz, inteligente y visionario, pero lo más importante, es que creyó en el poder de la educación, como factor de igualdad social.

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